Tomar una relación con una persona ocupada es una experiencia frecuente para ambos sexos. En algunos casos, puede ser un breve ganchos de coqueteo, apasionados que deben depositarse naturalmente sin consecuencias graves. En otros casos, puede constituir el preludio a la formación de un La nueva pareja, la persona comprometida decide abandonar el socio oficial y construir otra unión con el nuevo amor.
A veces, en cambio, el juego se escapa a mano y los dos amantes se ponen en un suelo deslizante de donde no salen: la historia dura con el tiempo y se vuelve estable y paralela al funcionario. La relación ilegal se consolida como una forma de dependencia, Capaz de llenar los vacíos emocionales, pero que implica una gran inversión de energías emocionales y produce repercusiones psíquicas pesadas en el tercer polo del triángulo del amor.
Enamorarse de una persona ocupada es común a hombres y mujeres, pero parece que este último sufre de sufrimiento porque tienden a involucrar más y no cerrar el informe.
Las conchas de la chispa para la atracción y la pasión y la historia comienzan son abrumadoras. A menudo creemos en vivir un gran amor, porque los sentimientos están galvanizados por la situación ilegal, por reuniones secretas, por la euforia de la nueva situación. Y el placer de la transgresión.